El activismo de marca es un tipo de activismo en el que las empresas juegan un rol de liderazgo en el proceso de cambio social. Se produce cuando las compañías muestran preocupación no tanto por los beneficios sino por las comunidades para las que trabajan, y por sus problemas sociales o ambientales, lo que les permite establecer relaciones basadas en la creación de valor.
Kotler y Sarkar definieron el fenómeno como el intento que hacen las empresas para solucionar los problemas globales que preocupan a sus clientes futuros y a sus empleados. El Activismo de marca se expresa a través de la visión, la definición de un propósito, valores, objetivos, comunicación y, sobre todo, comportamiento de empresa y marcas hacia las comunidades para las que trabajan.[1]